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La historia de Rubí Poot Chan es sinónimo de constancia, perseverancia y de no perder de vista su meta para cumplir su sueño más grande: terminar su bachillerato, y lo logró a través del plantel de Bachillerato Yucatán que el año pasado se instaló en su comunidad, ubicada a 179 kilómetros de Mérida.
Este mérito la convierte en la primera madre de familia de la comisaría de San José, localidad perteneciente al municipio de Tixcacalcupul, en obtener su certificado de conclusión del nivel Medio Superior, meta que logró venciendo estereotipos sociales y culturales, ya que en su trayecto encontró resistencias, pero ninguna fue más fuerte que su decisión y voluntad.
Con evidente nostalgia, Rubí, recordó su etapa de adolescente cuando aún vivía en la comisaría de Poop, y tenía el anhelo de estudiar su bachillerato, lo que la llevó a inscribirse al Cobay de su cabecera municipal, pero a causa de la difícil situación económica de su familia tuvo que abandonar la escuela; con el paso del tiempo salió de su comunidad y se convirtió en madre de familia.
“Actualmente tengo 29 años, vengo de una familia de ocho hermanos; nací en una comisaría muy alejada y además mi familia era de escasos recursos, por lo que, aunque empecé a ir a la escuela, al poco tiempo ya no teníamos el dinero para el transporte diario, lo que me obligó a abandonar mis sueños más nunca perdí la esperanza y hoy con mucho orgullo puedo decir que terminé mi prepa “, señaló.
“Los años pasaron, formé una familia con mi esposo José Cocom Poot, y nos dedicamos a crecer, criar e inculcar buenos valores a nuestros hijos Yulissa, Diamili y Lían Cocom Poot, de 11, 9 y 5 años respectivamente, y sin pensarlo, un día llegó la opción de estudiar mi bachillerato. Recuerdo que vinieron a mi casa a invitarnos a inscribirnos y no lo pensé dos veces y tampoco me desanimé cuando me decían que como mujer, sólo debía estar en mi casa cuidando a mis hijos y haciendo labores del hogar”, explica.
“Soy una madre que siempre ha visto a sus hijos, cada paso que doy lo hago por ellos, porque quiero que se sientan orgullosos de su mamá y al mismo tiempo ser un ejemplo de que la edad y el lugar de donde uno viene o nace no es impedimento para cumplir nuestros sueños; afortunadamente tengo un esposo que me apoya en cada paso que he querido dar” agregó.
Así, con la apertura del plantel Bachillerato Yucatán, en su propia localidad, Rubí encontró la pizca de esperanza que necesitaba y que además se ajustaba a todas sus necesidades: es una modalidad que no tiene limitantes ni de edad, ni de condición social y además lo podía estudiar sin tener que gastar en viajes.
Siempre con la mente en la meta, Rubí, acudió cada tarde a su escuela, en donde convivió con adolescentes y jóvenes con la misma meta y a pesar de ser la mayor, la recibieron con mucho cariño y respeto, logrando adaptarse como equipo en las diversas actividades y proyectos. De este modo, Rubí, forma parte de la primera generación de egresados de Bachillerato Yucatán y además, con uno de los mejores promedios.
La historia de Rubí Poot Chan, es un referente en su comunidad y es fuente de inspiración para más personas adultas, hombres y sobre todo mujeres de que los sueños se pueden alcanzar y que las circunstancias vividas son una motivación para construir un mejor futuro.
“A todas las mujeres que están en la misma situación o que simplemente tienen la duda de terminar su bachillerato, les invito a intentarlo, la educación es un derecho que todos tenemos y nada ni nadie nos lo puede quitar, aprovechemos estas oportunidades que nos llegan a nuestra propia comunidad para superarnos personal y académicamente” puntualizó.
Bachillerato Yucatán se enfoca en la atención prioritaria de comisarías para que jóvenes y adultos reciban educación del nivel Medio Superior, por lo que en el Ciclo Escolar 2023-2024 se abrieron 28 planteles en 20 municipios, brindando la oportunidad a más de 3 mil estudiantes de continuar o concluir su trayecto educativo.