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A puerta cerrada y solo con la presencia de familiares y amigos, el cuerpo de Elena Larrea realizó una parada en Cuacolandia para despedirse de sus caballos y el santuario creado por ella.
Fue la tarde-noche de ayer que abordo de una carroza ingresó el cuerpo de la activista a Cuacolandia para luego ser colocado en el el lobby del lugar.
A través de videos publicados por algunos asistentes, se aprecia a su caballo junto al ataúd. En tanto, el resto de los animalitos lloran.
“No hay nada más profundo que la mirada de un caballo, los caballos son las ventanas hacia tu propia alma, esa nobleza que tienen no la tiene ningún otro animal”.