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En Yucatán hay cientos de hombres se dedican a la pesca, pero no solo es salir a la mar sino también son artesanos, pues con sus propias manos tejen sus redes.
Se necesita paciencia y es que tejer es todo un arte detallado, dependiendo si la red es para peces de tamaños diversos.
Como si fuera una telaraña, los hilos, las agujas y las manos curtidas por el sol y la sal, van formando con una alta resistencia a la red de pescar.
Con mucha agilidad, las agujas cruzan con rapidez, una y otra vez entre los huequitos del cordel grueso o delgado hasta hacer una capara larga que al final lleva pedacitos de plomo.
Al concluir la red se extiende y se guarda de tal manera que no se enrede y a la hora de arrojarla al agua.
Así las faenas del mar y sus manos artesanas son la combinación perfecta para que los pescadores atrapen peces pequeños, grandes y “gigantes” a la una hora de estar mar adentro.